¡Bienvenido al increíble mundo de la alimentación complementaria! El día de hoy te compartimos una receta básica pero fundamental en la dieta de tu bebé: la papilla de calabaza.
Reconocida por su consistencia suave y su alto contenido de nutrientes, esta papilla no solo es sabrosa, sino también tremendamente beneficiosa para el crecimiento y desarrollo de tu chiquito.
⏰ Tiempo 30 minutos
👍 Preparación Superfácil
A partir de 6 meses
Ingredientes:
1 calabaza pequeña (de preferencia orgánica)
Agua, leche materna o fórmula infantil (para ajustar la consistencia)
Beneficios nutricionales de la calabaza para bebés
La calabaza es una excelente fuente de vitamina A, crucial para mantener una buena vista y reforzar el sistema inmunológico, además de vitamina C, fibra y potasio. Gracias a su textura suave y a que se combina de maravilla con otros alimentos, es perfecta para empezar a introducir las primeras papillas en la dieta de tu bebé.
La mejor edad para comenzar con la papilla de calabaza
La opinión general de los pediatras es empezar con los sólidos a los 6 meses de edad, pero lo más importante es estar atento a las señales que da tu bebé y, por supuesto, platicarlo con tu médico.
Cómo hacer papilla de calabaza para bebés
Ingredientes:
1 calabaza pequeña (de preferencia orgánica)
Agua, leche materna o fórmula infantil (para ajustar la consistencia)
Instrucciones:
Preparación de la Calabaza:
Empieza por lavar la calabaza con agua fría.
Parte la calabaza a la mitad y quita las semillas con una cuchara.
Pela la calabaza y córtala en cubitos.
Cocinando la Calabaza:
Pon los cubitos de calabaza en una vaporera sobre agua que esté hirviendo.
Cubre y deja que se cocinen hasta que estén suavecitos, alrededor de 15 minutos. El cocinar al vapor es clave para mantener los nutrientes importantes.
Preparando la Papilla:
Después de cocida, deja que la calabaza se enfríe.
Métela en una licuadora o procesador de alimentos, agregando un poco de agua, leche materna o fórmula para obtener la consistencia que prefieras.
Notas y Consejos:
La papilla de calabaza es perfecta para empezar a dársela a tu bebé desde los 6 meses de edad, como parte de su alimentación complementaria.
Puedes guardar la papilla en el refrigerador hasta por 48 horas o congelarla en porciones para usarla después.
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